LA RELAJACIÓN Y PRÁCTICA

 

PRÁCTICA DE RELAJACIÓN

 
Vivimos en una sociedad que nos impone un ritmo de vida abrumador. Nos hemos acostumbrado a ir siempre con prisas, corriendo de aquí para allá, derrochando nuestras energías, mermando nuestras fuerzas, debilitándonos minuto a minuto con la incertidumbre, la ansiedad, la mente desbocada y la prisa.


 
Ante tan desesperanzador panorama, la relajación se nos muestra como una mano amiga para afrontar con éxito todas las complicaciones cotidianas.
 
Relajarse no es un lujo, más bien, es una necesidad y una deuda con nosotros. La relajación es una práctica milenaria, que podemos aprender fácilmente, solo necesitamos estar motivados, seguir algunos consejos y realizar unos simples ejercicios.
 
Los beneficios que nos reporta la relajación son innumerables, nos ayuda a conocer nuestro cuerpo, reduce la tensión física, mental y emocional, evita la irritabilidad, la neurosis, la neurastenia, diversas úlceras, el insomnio, la fatiga, la depresión, el agotamiento, las fobias, combate la hipertensión… porque desencadena una vaso dilatación general, disminuye la cantidad de adrenalina de la sangre, estabiliza la respiración, desarrolla la atención mental y la concentración, etc.
 
Hay muchas técnicas para relajar el cuerpo y la mente, podemos hacerlo a través del sonido, de la música, mediante el control de los latidos del corazón, o del control de la respiración.
 
La segunda parte de la relajación es la quietud de la mente, ya que esta debe volverse receptiva, no emisora. La relajación mental nos lleva al auto-conocimiento, a saber, lo que pensamos y lo que sentimos, a vernos realmente como somos.
 
RELAJACIÓN RESPIRACIÓN RÍTMICA
 
Debemos colocarnos en una posición cómoda, ya sea sentado, en decúbito dorsal (de espaldas, boca arriba). Nos concentramos en la respiración, haciendo conciencia del cuerpo físico.
 
En primer lugar, inhalaremos el aire por la nariz contando hasta doce o hasta ocho (dependiendo de nuestra capacidad pulmonar), después retendremos el aire contando también hasta doce o hasta ocho y seguidamente exhalaremos lentamente por la nariz contando de uno a doce o a ocho, a la vez que vamos relajando todo el cuerpo, soltándolo, relajando todos los músculos, dejándolo libre de toda molestia.
 
Repetiremos este ejercicio tantas veces como sea necesario, hasta obtener una relajación completa.

Comentarios

Entradas populares de este blog

MEDITACIÓN GUIADA NÚMERO 19

MEDITACIÓN GUIADA NÚMERO 17

CONFERENCIAS PÚBLICAS: LOS MISTERIOS DEL YOGA Y LAS CIENCIAS ESOTERICAS