RELAJARSE POR EL COLOR AMARILLO
La relajación por medio del color amarillo tiene la finalidad de conseguir una profunda relajación física y psíquica para posteriormente poder profundizar en la práctica de la meditación.
PRÁCTICA:
En una posición cómoda (tumbados en una alfombra o bien sentados en un sillón o al estilo oriental), colocamos nuestras manos de manera tal que no queden tensas, sobre el regazo o a lo largo del cuerpo, y comenzamos soltando los músculos del rostro, observando que la mandíbula no esté presionada, es decir, que los dientes no estén apretados entre sí.
Relajemos los párpados, que se sientan como pequeñas nubes que descansan sobre nuestros ojos.
Seguidamente imaginaremos un color amarillo agradable, brillante, que va envolviendo nuestros pies como una seda, primero el pie derecho y después el izquierdo, los envuelve totalmente, la piel, los músculos y los huesos que los integran.
Luego continuaremos hasta las caderas, ambas piernas quedan envueltas con ese color amarillo.
Se continua con la región del vientre, imaginaremos cómo la pelvis queda totalmente envuelta por ese color amarillo, dejando todo este contorno plácidamente relajado, sin tensión alguna.
Seguidamente esa sustancia amarilla relajará toda la región del tronco y toda la región del tórax, adquiriendo cierto tipo de elasticidad que termina con esas tensiones de la vida cotidiana.
Ahora seguiremos imaginando cómo esa sustancia envuelve las manos, antebrazos, etc.
Por último seguiremos con la espalda, columna, cuello, para pasar en última instancia a toda la cabeza y rostro.
Así todo nuestro cuerpo físico queda envuelto con el color amarillo y totalmente relajado.

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