Vivimos en una sociedad que nos impone un ritmo de vida abrumador. Nos hemos acostumbrado a ir siempre con prisas, corriendo de aquí para allá, derrochando nuestras energías, mermando nuestras fuerzas, debilitándonos minuto a minuto con la incertidumbre, la ansiedad, la mente desbocada y la prisa. Ante tan desesperanzador panorama, la relajación se nos muestra como una mano amiga para afrontar con éxito todas las complicaciones cotidianas. Relajarse no es un lujo, más bien, es una necesidad y una deuda con nosotros. La relajación es una práctica milenaria, que podemos aprender fácilmente, solo necesitamos estar motivados, seguir algunos consejos y realizar unos simples ejercicios. Los beneficios que nos reporta la relajación son innumerables, nos ayuda a conocer nuestro cuerpo, reduce la tensión física, mental y emocional, evita la irritabilidad, la neurosis, la neurastenia, diversas ulceras, el insomnio, la fatiga, la depresión, el agotamiento, las fobias, combate la hipertensión… por...